Es absolutamente normal e inevitable que cuando dos personas comienzan una relación sentimental quieran pasar más tiempo juntas, compartir hobbies, amigos…Sin embargo, con el paso del tiempo nos podemos encontrar con dos riesgos o posibles conflictos que repercutirán negativamente en la relación y en nosotros mismos.
En primer lugar, no debemos confundir tener una relación y compartir, con eliminar nuestro mundo propio e individual. Es saludable para ambos y para la relación que cada uno mantenga sus propios intereses, propósitos y círculos. Es decir, mantener lo que le hace a cada uno ser quien es, aunque comparta su vida con otra persona.
De esta manera, respetando los espacios de cada uno conseguimos reducir el riesgo de dependencia hacia la relación, hacia la otra persona, y continuamos nutriendo nuestro propio desarrollo personal, de forma que, aunque esa relación terminase, ambos tendriamos un espacio propio al que acudir.
En segundo lugar, con el paso de los años dentro de una relación podemos encontrarnos la situación opuesta: no dedicar tiempo suficiente a la pareja. La rutina, los hijos, las obligaciones laborales, familiares… pueden habernos distanciado de la relación y habernos llevado a dejar de pasar tiempo de calidad con nuestra pareja. No hay que olvidar que una relación hay que nutrirla de actividades positivas, tiempo juntos y momentos de afecto y unión.
Por tanto, para construir una relación saludable es importante que busquemos un equilibrio entre el propio espacio y el espacio en pareja. ¿ Y cómo se logra esto? Estate atento a la otra persona, a su percepción de esos espacios, abre momentos de comunicación para hablar del tema y de lo que cada uno necesita para ir haciendo los cambios necesarios para llegar a ese equilibrio. Y por supuesto, estate atento a tus propias necesidades, toma perspectiva para ver en qué situación estás, si estás cerca de alguno de los riesgos comentados anteriormente, y si es así comunícalo y reconfigura estos espacios hasta sentirte pleno/a con la relación y contigo mismo/a.
Desde nuestra experiencia trabajando con parejas, sabemos que el tiempo que se dedica a la pareja o a uno mismo es motivo de conflicto en muchas relaciones. Por ello, es importante que entendamos la importancia de saber separar estos dos espacios y ponerlos en equilibrio, para así construir una relación saludable, de nosotros depende lograrlo.