Este martes pasado 12 de noviembre, se celebró el Día Mundial de la Obesidad. Puesto que la alimentación es el factor de prevención clave y ésta se encuentra estrechamente relacionada con el estado de ánimo, desde Hermosilla98 nuestro centro de Psicología en Madrid Centro, os traemos una breve revisión sobre la relación entre cómo la alimentación puede influir en nuestro bienestar psicológico.
No es casualidad que la obesidad y el sobrepeso cursen al mismo tiempo con dificultades emocionales; estado de ánimo bajo, sentimientos de tristeza, ansiedad, estrés o incluso depresión en los casos más graves. Así mismo, tampoco nos ha de extrañar que cuando atravesamos dificultades que merman nuestro bienestar psicológico nuestros ritmos biológicos se trastoquen: dormimos de menos o por exceso, descuidamos nuestros ratos de tiempo libre necesarios para el descanso mental y nuestro apetito varía. Aunque está claro que la nutrición y factores genéticos y hormonales influyen en la ganancia de peso, la alimentación, entendida como la elección personal de los nutrientes que ingerimos y la dieta que escogemos depende de nosotros mismos, y cuando atravesamos dificultades emocionales a veces no tomamos las elecciones más acertadas para nosotros. En muchos casos la ganancia de peso tiene más que ver con nuestro estado mental que con factores genéticos; muchos de nosotros tiramos de la comida como recurso para calmarnos ante situaciones difíciles, y lo que empieza como una solución a corto plazo, a largo plazo puede convertirse en un círculo vicioso en el que comemos para calmar nuestro malestar y cuanto más comemos más malestar sentimos.
Es más, la relación entre estómago y emociones ha quedado recientemente demostrada en varios estudios científicos. Se dice que el intestino es nuestro “segundo cerebro”, ya que en él se sintetiza gran parte de la serotonina (la llamada “hormona de la felicidad”) gracias al triptófano que ingerimos en nuestra dieta, por lo que una mala alimentación o una dieta pobre en nutrientes pueden contribuir a que nos sintamos anímicamente peor.
¿Qué alimentos son ricos en triptófano y, por lo tanto, favorecen la producción de serotonina? Pescado azul como el salmón, atún, caballa, sardinas, carnes como el pavo o el pollo, huevos, lácteos, legumbres como los garbanzos, cereales integrales como la avena, frutos secos como las nueces o las almendras, frutas como el plátano, la piña o el aguacate, y semillas como el sésamo, la calabaza y el girasol.
Así mismo, se ha comprobado que las dietas con altos niveles de azúcares añadidos (esto es, no los niveles de azúcar que puede presentar un alimento de forma natural como la fruta sino el azúcar que se añade industrialmente), así como el consumo elevado de alimentos ultraprocesados (aquellos que han sido procesados industrialmente y tienen un aporte nutricional bajo) se asocian a altos niveles de estados depresivos y ansiedad.
Puede ser que al leer esto te sientas identificado/a, si es así, desde Hermosilla98 contamos con un equipo de Psicólogos expertos en diferentes áreas para proporcionar un tratamiento completo e integral. Consúltanos y solicita una 1º Entrevista Informativa Gratuita en info@hermosilla.com o bien en el 91 435 87 23/675 53 96 33. Estaremos encantados de ayudarte!!!