Los niños no suelen tener conciencia de que necesitan ir a un Psicólogo, es por ello que los adultos, educadores o bien cuidadores somos los principales responsables de velar por su salud no solo física sino emocional. Cuando detectemos que existe un problema o puede haberlo, estaría bien poder hablar con un experto acerca del tema en cuestión a solas sin la presencia del niño/a. Cuando decidamos llevarle a la consulta, efectivamente habrá que informarle a dónde va.

No es adecuado engañarle o bien no decirle nada, porque entonces su reacción puede ser desfavorable. Es aconsejable explicarle que vamos a ir a la consulta de un Psicólogo/a, si no sabe lo que es, explicarle que es el especialista en comportamiento y emociones  y que va a ser el encargado a ayudarnos a solucionar el problema del que se trate. Estas sencillas palabras suelen ayudar a los niños a tener una información previa, sencilla y fiable de a dónde van a ir, y quien les va a atender.