TERAPIAS

Bajo este modelo, asumimos al paciente-cliente como una persona al mismo nivel que el terapeuta, dónde este último guiará a la persona a descubrirse a si misma, respetando sus deseos, necesidades y no ejerciendo ningún tipo de poder sobre él, de ahí que desde este enfoque no seamos partidarios de los consejos, o de dar directrices sin tener en cuenta lo que la persona quiere, necesita o desea en ese momento de su vida.

Es una terapia dónde se busca brindar al otro, otro tipo de relación, basada en el respeto, en la confianza, en la escucha, en la empatía, en el estar ahí acompañando en los momentos difíciles. Se hace mucho hincapié en el vínculo terapeútico, en el encuadre de la sesión y en todo lo que va aconteciendo entre paciente-cliente-terapeuta. Este enfoque junto con los demás, es muy sanador, sobre todo para personas que han vivido situaciones de maltrato familiar, abusos de poder, violencia intrafamiliar…porque experimentan que otra forma de relacionarse es posible y pueden sentirse más confiados para poder desarrollar relaciones con el exterior (de pareja, con sus compañeros, jefes, hijos…) más desde la igualdad, el respeto, la confianza y los límites saludables. El terapeuta ya no es el experto que dice al paciente lo que tiene que hacer o sería deseable, es la persona que escucha, entiende y sostiene al paciente, pase lo que pase, haga lo que haga, piense lo que piense, sienta lo que sienta. Evidentemente siempre y cuando no atente contra su propia persona o hacia otras.